El comportamiento de la Madera en Invierno

La madera es un material higroscópico. Como tal, absorbe y cede parte de su humedad de constitución al ambiente según las condiciones en las que se encuentra.

En Cataluña, con clima mediterráneo, en verano los días y noches son calurosos y húmedos, mientras que en invierno el clima es más frío y seco en general.

De este modo, cuando se acerca el período estival, es normal que la madera absorba humedad del ambiente y, consecuencia de ello, crezca en sus dimensiones, aunque de manera no igual.

Y es que la madera tiene un comportamiento anisotrópico en su crecimiento. Esto significa que su comportamiento varía dependiendo de su corte en el tronco o de la orientación de la madera.

Cuando absorbe humedad crece principalmente a lo ancho y de forma poco significativa a lo largo, y cuando el aire es más seco entonces reduce sus dimensiones también en la misma proporción y dirección.

Es por ello que se deben dejar márgenes de dilatación en las paredes contra el parquet, para que este margen pueda absorber las dilataciones que sufre la madera, sin que ésta se vea presionada y así evitar que se produzcan levantamientos por falta de espacio.

Igual de importante son estos espacios en los encuentros con otros pavimentos, que serán cubiertos por las conocidas juntas de dilatación, que son tapetas que montan por encima del parquet y cubren eficientemente este espacio y permitiendo al mismo tiempo el movimiento del mismo.

Por el contrario, cuando llega el invierno y el aire es más seco, se produce la contracción de la madera, y con ello a veces incluso la abertura de algunas juntas, hecho que hasta cierto punto se debe considerar normal y forma parte del carácter natural de este material.

En una instalación correctamente ejecutada, estas juntas normalmente serán pequeñas y se cerrarán posiblemente a la que cambien de nuevo las condiciones climáticas.

Influirá también el formato y madera seleccionada, puesto que hay maderas que son más nerviosas y acusan más las dilataciones que otras de carácter más estable.

Siendo conocidas como maderas nerviosas aquellas tales como la jatoba, el haya, sucupira y otras tantas que por otro lado tienen excelentes virtudes.

El uso de una calefacción regulada muy alta, condicionará que se seque más el aire y los efectos sean más acentuados y, por el contrario, el uso de humidificadores mantendrá la madera más estable y estará sujeta a menos movimientos o deformaciones.

Ante la abertura de juntas, ACIP recomienda mantener unas condiciones de humedad ambientales entre el 50 y el 70% para equilibrar el contenido de la humedad de la madera y tener el parquet como el primer día.

Finalmente, recordar también que el mismo comportamiento o parecido sucede con los pavimentos laminados, por la condición de que en su constitución en su alma o tablero están formados en un porcentaje alto de fibras de madera, derivando por ello en comportamiento similar a un parquet, pero con la salvedad de que los movimientos son en todas direcciones, pues ya no condiciona tanto el carácter anisotrópico al estar las fibras en todas direcciones.

Evidentemente, también la calidad de un sistema de encaje de un pavimento laminado repercutirá de forma importante en la resistencia a tracción en las juntas, diferenciando así su comportamiento contra otro suelo laminado con un sistema de encaje de menor calidad o de un tablero menos estable con más movimiento y difícil de contener.

No obstante, para cualquier consulta recomendamos siempre acudir al especialista, quien le indicará las medidas a tomar y valorará las tolerancias o movimientos de su suelo para indicarle la forma de mantenerlo en perfecto estado.

DEPARTAMENTO TÉCNICO ACIP



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